HERBARIO & ANTOLOGÍA BOTÁNICA. Emily Dickinson
A HAUNTED HOUSE (Una casa encantada)¹
Emily Elizabeth Dickinson nació el 10 de diciembre de 1830 en Amherst, Massachusetts. Es considerada una de las principales poetisas norteamericanas, aunque solo publicó en vida ocho² (la mayoría de forma anónima y con correcciones de los editores) de sus casi mil ochocientos poemas. Siempre se negó a que sus escritos vieran la luz ("La Publicación es la Subasta / de la Mente del Hombre", dice en uno de sus poemas³), aunque no a que los leyesen algunos de sus amigos. Después de su muerte, su hermana encontró, en la habitación⁴ donde vivió recluida sus últimos tres años, cuarenta volúmes donde estaban recogidos cientos de poemas nunca vistos por nadie.
Aunque la temática amorosa impregna gran parte de su producción, la utilización de la naturaleza y en concreto la botánica, también cobran gran importancia. De hecho, en más de un tercio de sus escritos hay alusiones a flores y plantas en general.
Y es que Emily se interesó por la botánica a muy tierna edad. Con nueve años empezó a estudiarla y en la adolescencia asistió a charlas donde aprendió a confeccionar un herbario. En esa época, recorrería los bosques y prados de Amherst y así fue confeccionando su propio catálogo de plantas, con más de cuatrocientas flores ordenadas y etiquetadas con gran rigor científico. El herbario de Emily Dickinson está conservado en la biblioteca de libros raros de la Universidad de Harvard y digitalizado recientemente para la consulta del público.
La editorial española Ya lo dijo Casimiro Parker lo ha publicado al completo, acompañado de una antología botánica, en edición bilingüe con traducción de Eva Gallu.
Como curiosidades de este catálogo, minuciosa y delicadamente confeccionado entre los años 1839 y 1846, se pueden señalar: que la flor que aparece en primer lugar, encabezando las 65 páginas restantes, es un jazmín tropical, especie que no es nativa de Massachusetts, por lo que tal vez tuvo que ser plantada y cuidada por la propia Dickinson; que otro de los folios presenta ocho tipos de violetas, flor que tendrá una frecuente presencia en su poesía; que al menos hay 52 plantas cuya etiqueta dejó en blanco, quién sabe si por falta de tiempo, de conocimiento o por simple deterioro en su posterior conservación; y, sobre todo, como señala David Benedicte⁵, que "todas y cada una de las flores que aparecen en el herbario, por su disposición, podrían ser perfectamente pequeños poemas visuales", que además reproducen su elegante caligrafía.
Por último, entre los 51 poemas seleccionados para esta antología me gustaría destacar uno de ellos, el número 1056⁶. El poema es un canto a la libertad, al deseo de huir y de que nada ni nadie la persiga o influya sobre sus actos. Y recrea para ello la imagen del vuelo de una abeja, pieza clave en el desarrollo vegetal y el insecto más recurrente en sus poemas, a parte del más idealizado: "ser solo una abeja en una corriente de aire y remar en la nada todo el día".
como hace la abeja de pradera
e ir de visita solo donde yo quisiera
y que nadie me visitara,
y flirtear todo el día con ranúnculos
y casarme con quien yo quiera,
y habitar un poco en todos lados,
o mejor, huir
sin policía que persiga
o que me siga si lo hago
hasta que salte penínsulas
para alejarme de ti—
Dije, ser solo una abeja
en una corriente de aire
y remar en la nada todo el día
y anclarme fuera del puerto—
¡Qué libertad! Así piensan los cautivos
que aguardan en estrechas mazmorras.⁷
e ir de visita solo donde yo quisiera
y que nadie me visitara,
y flirtear todo el día con ranúnculos
y casarme con quien yo quiera,
y habitar un poco en todos lados,
o mejor, huir
sin policía que persiga
o que me siga si lo hago
hasta que salte penínsulas
para alejarme de ti—
Dije, ser solo una abeja
en una corriente de aire
y remar en la nada todo el día
y anclarme fuera del puerto—
¡Qué libertad! Así piensan los cautivos
que aguardan en estrechas mazmorras.⁷
Notas
1. Así es como define la poetisa en alguna ocasión la naturaleza.
2. Me guío para este dato, viendo las múltiples versiones que suscita, de la introducción que hace Margarita Arganaz para la edición antológica de los poemas de Dickinson en la editorial Cátedra, Letras Universales, 10.a edición, 2017.
3. Concretamente es el poema 709.
4. Hoy día se puede visitar por el módico precio de 200 dólares; al parecer, puedes quedarte solo, durante media hora, curioseando o simplemente mirando por la ventana.
5. Leídas en un delicioso artículo de elagoradiario.com: "Un paseo por el herbario de Emily Dickinson, pionera del confinamiento", por David Benedicte.
6. Los poemas de esta antología se han numerado según la edición más reciente de la obra completa (R. W. Franklin, 1998, The Belkmap Press of Harvard University).
7. Could I but ride indefinite,/As doth the meadow-bee,/And visit only where I liked,/And no man visit me,//And flirt all day with buttercups,/And marry whom I may,/And dwell a little everywhere,/Or better, run away//With no police to follow,/Or chase me if I do,/Till I should jump peninsulas/To get away from you,—//I said, but just to be a bee/Upon a raft of air,/And row in nowhere all day long,/And anchor off the bar,—/What liberty! So captives deem/Who tight in dungeons are.
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